"En una
red digital quien posea el ordenador más potente y mejor conectado
acumulará todo el poder y el dinero" ( Jaron Leiner).
Los
cambios que está produciendo el dominio de la tecnología digital en
nuestras vidas son de tal magnitud y rapidez que existen pocos
antecedentes históricos. Afecta a todos los ámbitos de la sociedad
y de la persona. Asistimos deslumbrados al crecimiento exponencial de
la potencia informática pero nos sentimos a la vez más vulnerables
al ser tan dependientes de las máquinas. Con optimismo contemplamos
ejemplos como el de Hugo Herr, creador de la biomecatrónica,
que ha conseguido implantarse dos piernas biónicas diseñadas por él
mismo, anticipando el cyborg; pero recordamos con preocupación
casos como el de Aaron Swarz , uno de los creadores de
internet, suicidado a los 26 años por el acoso del estado
norteamericano ante su postura por democratizar el conocimiento en
red.
Nicholas Carr en el artículo La ilusión de Silicon
Valley nos señala que "al confundir el avance tecnológico
con el progreso social hemos sacrificado nuestra capacidad de ver con
claridad la tecnología y diferenciar sus efectos". Señala que
si bien nos "facilita herramientas para ampliar nuestras
aptitudes, centrar nuestro pensamiento, ejercer nuestra creatividad y
expande las posibilidades humanas y el poder de la acción
individual" a su vez "engendran una cultura de la
distracción y dependencia, una subordinación irreflexiva que
restringe los horizontes de la gente...y suponen una pérdida de
memoria y empatía".
"Nunca
hemos sido tan dependientes de algo" nos avisa Daniel Dennet
que predice oleadas de pánico mundial si internet se viene abajo.
CAMBIOS ECONÓMICOS Y LABORALES
"Las
100 millones de horas de pensamiento humano que crearon wikipedia son
las que gastan los americanos cada fin de semana viendo anuncios en
televisión" (Clay Shirky)
Se
nos anuncia que el 80% de los trabajos de la próxima década
requerirán conocimientos tecnológicos o que en 30 años
desaparecerán el 50% de los trabajos y se automatizarán. La
tecnología dominará a muy corto plazo todo el sistema productivo.
Si nos fijamos en los nacidos a partir de 1994, llamados Generación
Z, que serán en el 2025 el 75% de la población observamos que a
pesar de su mayor dominio de la tecnología sus puestos de trabajos
son precarios y a tiempo parcial.
Diego
Beas en La reinvención de la política cita al filósofo
francés André Groz que en los ochenta "hablaba ya de la
pérdida de centralidad del trabajo. Sobre todo del físico y de su
importancia en la producción". "Convertir el trabajo en un
elemento tan periférico de la producción y el valor añadido
provoca su desvanecimiento como elemento de articulación y
estructuración social". Las consecuencias de una producción
realizada mediante procesos automatizados, "inteligencia
mecanizada" en palabras de Tyler Cowen, hace innecesaria
la presencia humana. Señala la necesidad de dar respuestas políticas
al problema de la intersección entre relaciones laborales,
producción e innovación tecnológica."¿Cómo repartir la
riqueza en un sistema de producción cada vez más tecnificado en el
que los procesos de gestión se controlan por un grupo cada vez más
reducido de personas?" (Diego Beas).
Paul Mason desde el optimismo histórico nos propone avanzar
hacia una economía colaborativa, basada en el uso compartido en
redes. Ante la muerte del Capitalismo por su incapacidad para
adaptarse a este cambio de la noción de trabajo y para contener las
nuevas formas de disidencia y organización social surgirá una
sociedad en redes cuya economía se desarrollará en base a tres
pilares: auge espontáneo de la economía colaborativa, imposibilidad
del mercado para formar precios correctamente y disminución de la
demanda laboral. En la visión utópica de Mason la tecnología de la
información nos hará libres al reducirnos al mínimo el tiempo
necesario para producir lo que la humanidad necesita."El Post
Capitalismo nos hará libres".
Una
visión bastante diferente tiene Jaron Leiner que anticipa que
con la aparición de vehículos sin conductor, impresoras 3D y la
robotización de la producción se harán innecesarios los trabajos
industriales . La destrucción de empleo será demoledora si no se
produce una suficiente reconstrucción que la compense. El problema
es que "ahora la reconstrucción, la creación de riqueza se
está produciendo alrededor de los ordenadores más potentes, no en
el mundo real". Avisa de la gran acumulación de poder y dinero
en torno a twiter, facebook, google y entidades financieras, a las
que llama "servidores sirena" que nos atraen con su promesa
de lo gratuito pero que en realidad se alimentan de nuestros datos y
causan empobrecimiento.
También
alejado del optimismo Eugene Morozov nos describe "el
sector tecnológico como un sector privatizado, liberalizado e
insuficientemente regulado". Como ejemplo "Uber que recurre
al carácter extraordinario de la tecnología digital y de la
información, señas de identidad del postcapitalismo para justificar
sus prácticas de empleo draconianas más propias del capitalismo
anterior a la socialdemocracia...Este postcapitalismo nace del
debilitamiento de las protecciones sociales y las regulaciones de la
industria" y nos retrotraería más bien al precapitalismo .En
La locura del Solucionismo Tecnológico argumenta que "el
nuevo orden, con empresas tecnológicas que se desentienden de la
calidad del servicio y de las garantías de los consumidores mina
fundamentos democráticos, recorta conquistas sociales y hace reposar
sobre los individuos responsabilidades que antes correspondían a las
instituciones. Cita al filósofo coreano Byung-Chul-Han quien
considera que el neoliberalismo ha convertido al trabajador
(emprendedor) en alguien que se explota a sí mismo, dado que no se
puede revelar contra su jefe. La economía del compartir tipo Airnb
conduce a una mercantilización de la vida:"La tecnología
digital es el capitalismo a hipervelocidad, inyectando su lógica del
consumo y de la promoción, de la monetización y la eficiencia en
cada minuto del día". Advierte de que en la economía basada en
la colaboración predomina la dura lógica del capitalismo que llega
a su plenitud en el momento en el que el comunismo se vende como
mercancía. "El conjunto de la vida social se convierte en
mercancía, en espectáculo. La existencia de cualquier cosa depende
de su valor en el mercado".