viernes, 25 de marzo de 2016

SIGLO XXI: UN MUNDO DIGITALIZADO (PARTE I)


"En una red digital quien posea el ordenador más potente y mejor conectado acumulará todo el poder y el dinero" ( Jaron Leiner).
Los cambios que está produciendo el dominio de la tecnología digital en nuestras vidas son de tal magnitud y rapidez que existen pocos antecedentes históricos. Afecta a todos los ámbitos de la sociedad y de la persona. Asistimos deslumbrados al crecimiento exponencial de la potencia informática pero nos sentimos a la vez más vulnerables al ser tan dependientes de las máquinas. Con optimismo contemplamos ejemplos como el de Hugo Herr, creador de la biomecatrónica, que ha conseguido implantarse dos piernas biónicas diseñadas por él mismo, anticipando el cyborg; pero recordamos con preocupación casos como el de Aaron Swarz , uno de los creadores de internet, suicidado a los 26 años por el acoso del estado norteamericano ante su postura por democratizar el conocimiento en red.
Nicholas Carr en el artículo La ilusión de Silicon Valley nos señala que "al confundir el avance tecnológico con el progreso social hemos sacrificado nuestra capacidad de ver con claridad la tecnología y diferenciar sus efectos". Señala que si bien nos "facilita herramientas para ampliar nuestras aptitudes, centrar nuestro pensamiento, ejercer nuestra creatividad y expande las posibilidades humanas y el poder de la acción individual" a su vez "engendran una cultura de la distracción y dependencia, una subordinación irreflexiva que restringe los horizontes de la gente...y suponen una pérdida de memoria y empatía".
"Nunca hemos sido tan dependientes de algo" nos avisa Daniel Dennet que predice oleadas de pánico mundial si internet se viene abajo.
CAMBIOS ECONÓMICOS Y LABORALES
"Las 100 millones de horas de pensamiento humano que crearon wikipedia son las que gastan los americanos cada fin de semana viendo anuncios en televisión" (Clay Shirky)
Se nos anuncia que el 80% de los trabajos de la próxima década requerirán conocimientos tecnológicos o que en 30 años desaparecerán el 50% de los trabajos y se automatizarán. La tecnología dominará a muy corto plazo todo el sistema productivo. Si nos fijamos en los nacidos a partir de 1994, llamados Generación Z, que serán en el 2025 el 75% de la población observamos que a pesar de su mayor dominio de la tecnología sus puestos de trabajos son precarios y a tiempo parcial.
Diego Beas en La reinvención de la política cita al filósofo francés André Groz que en los ochenta "hablaba ya de la pérdida de centralidad del trabajo. Sobre todo del físico y de su importancia en la producción". "Convertir el trabajo en un elemento tan periférico de la producción y el valor añadido provoca su desvanecimiento como elemento de articulación y estructuración social". Las consecuencias de una producción realizada mediante procesos automatizados, "inteligencia mecanizada" en palabras de Tyler Cowen, hace innecesaria la presencia humana. Señala la necesidad de dar respuestas políticas al problema de la intersección entre relaciones laborales, producción e innovación tecnológica."¿Cómo repartir la riqueza en un sistema de producción cada vez más tecnificado en el que los procesos de gestión se controlan por un grupo cada vez más reducido de personas?" (Diego Beas).
Paul Mason desde el optimismo histórico nos propone avanzar hacia una economía colaborativa, basada en el uso compartido en redes. Ante la muerte del Capitalismo por su incapacidad para adaptarse a este cambio de la noción de trabajo y para contener las nuevas formas de disidencia y organización social surgirá una sociedad en redes cuya economía se desarrollará en base a tres pilares: auge espontáneo de la economía colaborativa, imposibilidad del mercado para formar precios correctamente y disminución de la demanda laboral. En la visión utópica de Mason la tecnología de la información nos hará libres al reducirnos al mínimo el tiempo necesario para producir lo que la humanidad necesita."El Post Capitalismo nos hará libres".
Una visión bastante diferente tiene Jaron Leiner que anticipa que con la aparición de vehículos sin conductor, impresoras 3D y la robotización de la producción se harán innecesarios los trabajos industriales . La destrucción de empleo será demoledora si no se produce una suficiente reconstrucción que la compense. El problema es que "ahora la reconstrucción, la creación de riqueza se está produciendo alrededor de los ordenadores más potentes, no en el mundo real". Avisa de la gran acumulación de poder y dinero en torno a twiter, facebook, google y entidades financieras, a las que llama "servidores sirena" que nos atraen con su promesa de lo gratuito pero que en realidad se alimentan de nuestros datos y causan empobrecimiento.
También alejado del optimismo Eugene Morozov nos describe "el sector tecnológico como un sector privatizado, liberalizado e insuficientemente regulado". Como ejemplo "Uber que recurre al carácter extraordinario de la tecnología digital y de la información, señas de identidad del postcapitalismo para justificar sus prácticas de empleo draconianas más propias del capitalismo anterior a la socialdemocracia...Este postcapitalismo nace del debilitamiento de las protecciones sociales y las regulaciones de la industria" y nos retrotraería más bien al precapitalismo .En La locura del Solucionismo Tecnológico argumenta que "el nuevo orden, con empresas tecnológicas que se desentienden de la calidad del servicio y de las garantías de los consumidores mina fundamentos democráticos, recorta conquistas sociales y hace reposar sobre los individuos responsabilidades que antes correspondían a las instituciones. Cita al filósofo coreano Byung-Chul-Han quien considera que el neoliberalismo ha convertido al trabajador (emprendedor) en alguien que se explota a sí mismo, dado que no se puede revelar contra su jefe. La economía del compartir tipo Airnb conduce a una mercantilización de la vida:"La tecnología digital es el capitalismo a hipervelocidad, inyectando su lógica del consumo y de la promoción, de la monetización y la eficiencia en cada minuto del día". Advierte de que en la economía basada en la colaboración predomina la dura lógica del capitalismo que llega a su plenitud en el momento en el que el comunismo se vende como mercancía. "El conjunto de la vida social se convierte en mercancía, en espectáculo. La existencia de cualquier cosa depende de su valor en el mercado".


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